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19 de mayo de 2008

Open Knowledge 2.0 beta Enterprise Edition

No es un producto. Tampoco es una tecnología. El título del artículo, que también se puede leer como OK 2 Enterprise, hace referencia a una oportunidad que nació con la Web 2.0 y a un reto empresarial y personal.

¿Cuál es el reto? Pues entender de manera adecuada cómo esta revolución 2.0 puede ayudar a nuestras empresas a crecer hacia la sociedad del conocimiento (esquivando las amenazas derivadas de la suciedad del conocimiento).

La Web 2.0 es, entre otras cosas, la web de los usuarios con voluntad de compartir, la de las redes sociales, la de los blogs y los wikis, la de la explosión del software libre, la de las comunidades on-line, la de la inteligencia colectiva y la de la lateralización del conocimiento. Este último elemento hace referencia a los flujos laterales de información que utilizan las herramientas colaborativas 2.0 frente a los enfoques topdown que utilizaban los tradicionales (e infrautilizados) sistemas de gestión de conocimiento.

La adopción de este tipo de herramientas en el ámbito empresarial puede empezar, por ejemplo, aplicando la filosofía wiki a la Intranet Corporativa de manera que permita a todos los usuarios generar contenido, enlazarlo, buscarlo, etiquetarlo, extenderlo y notificarlo. De todas maneras, este paso, que seguro mejorará la gestión del conocimiento si va acompañado de la actitud adecuada, es un buen comienzo pero no es suficiente. Para llegar a la verdadera Enterprise 2.0 no basta con imitar a la Web 2.0. También hay que saber utilizarla como plataforma.

Seguramente en alguna ocasión, algún comercial de nuestra empresa ha ido a hablar con un nuevo cliente sin saber que es un excompañero de estudios de nuestra Responsable de Compras. ¿Qué información es más valiosa: la que registra la base de datos de contactos de mi CRM o el perfil, la red de relaciones y las preferencias que publica ese mismo cliente en LinkedIn? Por supuesto, otros servicios como Facebook, Google Apps, Basecamp, Wikipedia, Ning, etc. permiten llegar a conclusiones similares en otros ámbitos.

¿Existen riesgos? Por supuesto. La confidencialidad de la información y la disponibilidad de los servicios de misión crítica, entre otros, son aspectos que no admiten soluciones beta. Por lo tanto, el camino que deben recorrer las empresas en este momento comienza por la experimentación; fomentando que los usuarios encuentren sus propias soluciones en el nuevo escenario. Este nuevo enfoque permitirá identificar a los usuarios más capacitados para traducir las nuevas soluciones en valor para sus empresas. La transición hacia una cultura organizacional más abierta es díficil y habrá que mojarse pero, tal como escuché el otro día:

Si la barca no salpica, es que no se está moviendo.