La semana pasada, mi colega Marcos y yo tuvimos la oportunidad de participar en un taller sobre las patentes de software malas organizado por id law partners y Open Invention Network (OIN) en el que pudimos entender el efecto destructivo sobre la innovación que tienen estas patentes y también pudimos poner en práctica algunas de las estrategias para combatirlas.
Pero antes de hablar de las estrategias, conviene empezar por unas definiciones:
¿Qué es una patente?
Una patente es un conjunto de derechos exclusivos concedidos por un Estado y durante un periodo limitado de tiempo al inventor de un nuevo producto susceptible de ser explotado industrialmente (o su cesionario), a cambio de la divulgación de la invención.
¿Qué es una patente de software?
Una patente de software es un monopolio que conceden algunas oficinas de patentes en el mundo sobre funcionalidades, algoritmos, representaciones y otras acciones que se pueden llevar a cabo con una computadora.
Es decir, no se trata de una protección sobre un programa informático o su código. Para eso ya existe el copyright. Se trata de obtener derecho de exclusividad sobre lo que hace ese programa.
Un ejemplo que suele utilizarse para ilustrar lo absurdas que pueden ser algunas patentes de software es el del One-Click de Amazon. En 1999, la oficina de patentes americana concedió a Amazon la patente sobre las compras con un click en una tienda online. Al año siguiente, Apple quiso poner en iTunes esa funcionalidad de compra rápida con un solo click sin tener que pasar por un carrito de la compra. Al fin y al cabo, si ya tienes los datos de compra y envío guardados en el sistema, no parece práctico tener que pedírselos al usuario todas las veces. ¿Y qué tuvo que hacer Apple? Pues pagar a Amazon una licencia de uso de esa "invención" que había patentado el año anterior.
¿Qué son las patentes de software malas?
Son aquellas que no deberían haberse concedido por no tener inventividad o novedad o por ser únicamente de software. Hay que tener en cuenta que la legislación europea, a diferencia de la americana, impide específicamente patentar "programas de ordenador, como tales". Lamentablemente, ese "como tales" deja la puerta abierta a demasiadas interpretaciones...
¿Y quién se aprovecha de estas patentes de software malas? Los Patent Trolls.
¿Qué son los Patent Trolls?
Un Patent Troll es una persona o empresa que impone sus patentes contra uno o más supuestos infractores de forma agresiva u oportunista, a menudo sin la intención de fabricar o comercializar el producto objeto de la patente.
En definitiva, aprovechan las grietas del sistema para obtener el máximo beneficio económico penalizando seriamente la capacidad de innovación de las empresas atacadas. Mala gente...
¿Cómo se pueden combatir estas patentes de software malas?
La solución más simple sería cambiar las leyes erradicando definitivamente y sin ambigüedades las patentes de software. Mientras eso no suceda, se pueden aplicar algunas de las técnicas que pudimos compartir con los expertos que participaron en el taller de la semana pasada:
- Elaborar publicaciones defensivas. Una invención debe ser nueva para poder ser patentada y cualquier documento que la explique publicado antes de la solicitud de una patente, invalida esa novedad. Por lo tanto, cualquier persona o empresa puede proteger sus invenciones publicando un documento descriptivo en un repositorio abierto como, por ejemplo, www.defensivepublications.org. De esta manera, sin tener que asumir los costes de solicitar una patente, puede impedir que otro la patente en el futuro.
- Unirse a una comunidad de no agresión como la que promueve OIN, en la que 500 empresas se comprometen a compartir sus patentes y utilizarlas colectivamente para defenderse a sí mismos y a la comunidad del software libre en general.
- Invalidar las patentes malas mediante la búsqueda de prior art (estado del arte o estado de la técnica). Los examinadores de las oficinas de patentes tienen un tiempo muy limitado para determinar si una invención es nueva o no. Por ello, hacerles llegar documentación de calidad que demuestre que lo que se intenta patentar no era nuevo cuando se solicitó la patente es clave para invalidarla.
Respecto a esta última vía, la semana pasada nos propusimos buscar prior art que invalidara una patente concedida en el año 1999 sobre un sistema de backup local a través de Internet. Esta patente, que sigue en vigor, está siendo utilizada por el abogado que la adquirió (alias "el Patent Troll") para denunciar a diversos fabricantes de software cuyos productos realizan esta función (como Google, Microsoft, IBM y otros menos conocidos).
La verdad es que lo primero que pensamos es que es muy lamentable que alguien pretenda imponer un peaje a cualquier servicio en Internet que realice una copia local de datos. Al fin y al cabo, ese es un concepto trivial que no tiene sentido que pertenezca a nadie... Como el doble click de ratón (patentado por Microsoft)... Como las tabletas con bordes redondeados (patentado por Apple)...
En fin, esperemos que la documentación que enviamos a la OIN contribuya a la desaparición de otra patente mala.