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17 de enero de 2015

El asombroso coche de LEGO de tamaño real financiado con un tweet

El proyecto

Todo empezó en febrero de 2012 con un tweet de un emprendedor australiano.

Menos de dos años más tarde, esta petición de fondos para invertir en un "proyecto impresionante" se convertía en el primer coche de tamaño real construido con piezas de LEGO y propulsado por aire comprimido. El siguiente vídeo —que ya tiene más de 6 millones de visitas— muestra claramente el resultado de este proyecto bautizado como #SuperAwesomeMicroProject.

Algunos datos interesantes:

  • Consta de más de 500.000 piezas de LEGO.
  • El motor, que está construido con piezas de LEGO estándar, tiene 250 pistones y funciona con aire comprimido.
  • La velocidad máxima es de 30 km/h.
  • Se construyó en Rumanía gracias al talento de un techie rumano de 20 años y autodidacta que el emprendedor australiano encontró en Internet.
  • El coste estimado del proyecto es de unos 25.000$.

La financiación

Y... ¿cómo se financió el proyecto?

Pues ese es un aspecto casi tan interesante como el propio coche. Steve, el emprendedor australiano, recibió muchas respuestas a su tweet de personas interesadas en formar parte de un "proyecto impresionante". Esas personas recibieron de Steve una carta que les explicaba algo más sobre su idea. En resumen, les explicaba que:

  • Se trataba de construir algo asombroso que no se había hecho nunca antes y que sería ecológico y de alta tecnología.
  • Cada persona que quisiera colaborar debía invertir entre 500$ y 1000$. Todos los costes del proyecto se publicarían de forma totalmente transparente en su web.
  • No había previsto obtener ningún ingreso del proyecto, por lo que las aportaciones económicas eran a fondo perdido.
  • El proyecto era de alto riesgo y podía perfectamente fracasar.

Tras recibir la carta, 40 personas se apuntaron al proyecto y enviaron su contribución económica...

¿Por qué?

Supongo que la respuesta seguramente es más compleja, pero creo que puedo resumirla en una palabra: reputación. En la carta que recibieron, Steve les prometía que el resultado de su inversión sería que sus nombres estarían asociados a un proyecto de fama mundial. El beneficio sobre la marca personal de cada participante sería tan grande que Steve aventuraba que sería el elemento más destacado de su CV.

La reputación, la satisfacción de superar un reto, la marca personal, el orgullo de pertenencia a una comunidad... En el fondo, ¿no es de esto de lo que tratan la mayor parte de servicios de Internet o las tecnologías que facilitan la colaboración en nuestras empresas?

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