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Este es mi blog personal y aquí escribo sobre Internet, tendencias, V&L, cine, fotografía y cualquier otro tema que me parezca que es imprescindible compartir. Si quieres, puedes seguirme por:

30 de septiembre de 2007

Las 100 mejores (1/4)

El mes pasado atropellé a un perro. No lo vi venir...

Episodio IV: El suceso

Hacía calor. Llovía mucho. En la radio del coche sonaba un tema de Gene Kelly que no escuchaba desde hacía años. Pensé que resultaba apropiado. La señal horaria de las ocho de la tarde acababa de dejar claro que iba a llegar tarde. Natalia me estaba esperando en la calle y seguramente no llevaba paraguas. Como muchos otros días, habíamos quedado después del trabajo, pero ese martes un accidente frente a la discoteca Rosebud me había tenido parado más de veinte minutos.

Tomé la salida 14 de la Ronda de Dalt justo en el momento en que la nube que tenía encima decidió tomar tierra. Casi no se veía nada. Me detuve un instante al llegar a la cuadrícula amarilla que cubre todo el pavimento de la gran rotonda que hay al final de la salida. No estuve parado más de dos segundos, pero el taxista que tenía detrás lo consideró demasiado y comenzó a tocar el claxon. Tenía un peinado ridículo. No quería discutir, así que aceleré.

Cuando estaba en mitad de la rotonda, sucedió.

No lo vi venir. Sólo pude ver una sombra de color canela que se abalanzaba sobre la parte delantera del coche mientras yo pisaba el freno instintivamente.

Los siguientes diez segundos fueron extraños. No sabía qué hacer. Agudicé el oído. Tres sonidos se mezclaban confusamente: los acordes de "Mrs. Robinson" en la radio, la lluvia golpeando furiosamente la carrocería y el más absoluto silencio bajo el coche. Apagué la radio. A mi derecha, a unos cinco metros, una niña con un vestido rojo me miraba paralizada. Ella entendía lo que había pasado bastante mejor que yo. De repente, sus zapatos, perfectamente combinados con el vestido, abandonaron la acera y comenzaron a caminar hacia mí. No llegó muy lejos. Cuando había dado dos pasos, un hombre poco más alto que ella que estaba a su derecha la cogió por el brazo y la devolvió a la acera. Llevaba una anticuada gabardina totalmente empapada. Casi sin mirarme, me hizo una señal para que continuara. Metí primera y aceleré.

Mientras me alejaba de la rotonda, intenté mirar por el retrovisor para ver si veía algo sobre el asfalto. No pude ver nada. Llovía demasiado y el calor, que iba en aumento, empañaba los cristales. En el siguiente semáforo, decidí poner un poco de orden. Recogí el peluche del toro salvaje que se había caído con el frenazo y volví a encender la radio. El locutor había decidido aliarse con las nubes y cantaba "...rain-drops keep fall-ing on my head...".

Cuando recogí a Natalia, con quince minutos de retraso, estaba a punto de salir flotando sobre una puerta. Ella nunca se queja, así que le expliqué lo del atropello sin que sonara a excusa.

—¿Pero estás seguro de que era un perro? —me preguntó preocupada.
—No lo sé. No se veía nada, pero no era muy grande. Podría ser un hobbit.
—Probablemente —me respondió—. Si quieres, volvemos a la rotonda para ver si se ve algo.
—Da igual. Vámonos a casa. —El sonido de dos campanas anunció la llegada de un SMS—. ¡Mira! Parece que el pobre ya ha llegado al cielo y me envía un mensaje. ¿Es Corky?
—No —respondió Natalia mientras miraba mi móvil—. Es un tal “Desconocido” que te envía una especie de ecuación.
—¿Una ecuación... y ya está?
—Sí. Te la leo… 55 + 62 + 65 + 35 + 07 + 49 + 28 = 34.
—Pues parece que no sabe sumar. En fin, guárdalo y luego lo miro.

***

Aquella noche nos acostamos pronto.

Pasada la medianoche, desperté empapado en sudor. Todo estaba oscuro y hacía mucho calor. No sabía muy bien por qué me había despertado. Me giré hacia Natalia y noté que dormía plácidamente. Al menos uno de los dos podía. Inmediatamente lo volví a escuchar. Parecían unos gemidos de algún animal que venían de la calle. Sonaban muy lejanos, así que me incorporé para escuchar mejor. Silencio. Pensé que seguramente mi vecino insomne había sacado a pasear a su querida Baby aprovechando que había dejado de llover. Esperé unos minutos, y cuando decidí continuar durmiendo, noté que Natalia abría los ojos.

—¿Qué haces? —dijo con dulzura y casi sin moverse.
—En ocasiones oigo perros.
—Muy gracioso —me respondió sin convicción—. Anda, duérmete.
—Eso intento, pero lo de contar ovejas no me funciona.
—Prueba a contar cacharros digitales de esos que te gustan. —Su voz se iba apagando suavemente—. Mañana será otro día.

Tenía razón. El miércoles iba a ser un día diferente. Un día que no iba a ser como los demás...

23 de septiembre de 2007

Los cromosomas de Junior

Hoy tenemos el placer de presentar las últimas fotos de Junior. En esta ocasión, no proceden de un ecógrafo sino de un cariotipo.

El cariotipo es el ordenamiento de los cromosomas de una célula metafásica de acuerdo a su tamaño y morfología. El cariotipo es característico de cada especie y el humano tiene típicamente 46 cromosomas o 23 pares de cromosomas, organizados en 22 pares autosómicos y un par sexual. En la primera imagen, se puede observar que Junior será un niño ya que este último par es XY.

Por otro lado, en la segunda imagen, que se corresponde con los cromosomas bailando, se puede comprobar que será un niño alegre y con ganas de fiesta.

Además, si se dispone de un lector cromosómico avanzado -que se puede construir fácilmente con una tarjeta de visita- pueden apreciarse datos más interesantes :-)

8 de septiembre de 2007

From Hellas

Lo primero que hay que saber es que a los griegos les gusta llamar a su país Hellas (o en nuestro idioma República Helénica). Parece ser que queda más auténtico.

A parte de esto, lo demás se podría resumir en una frase que nos dijo la semana pasada -a nuestra llegada a Atenas- un guía español: "Grecia, a pesar de ser un pais de la UE, es un poco diferente a los demas". Al principio nos recordó al tan sonado Spain is different, pero resulta que se referia a otra cosa. Grecia es un pais donde:

  • Los perros y los gatos te hacen compañía continuamente. (Seguramente trabajan para el gobierno.)
  • Los coches tienen preferencia en todas las calles y carreteras. Después de los coches, tienen preferencia los perros. Después de estos, vienen los peatones griegos y, en último lugar, los turistas. Por lo tanto, es totalmente innecesario mirar a los semáforos y buscar pasos de peatones. Mola bastante...
  • Para coger un taxi que se acerca a tu posición, hay que ponerse en medio de la calle y exclamar A VOZ EN GRITO dónde quieres ir. Si al taxista le va bien ir por allí, para. Si no, pasa de ti olímpicamente -no podía ser de otra manera- y sigue conduciendo.
  • Si tienes la suerte de tener el hotel al lado del estadio del Panathinaikos justo el día que juegan el partido de máxima rivalidad contra el Olympiakos, puedes disfrutar de agradables conversaciones con la policia antidisturbios local y ver como se preparan para repartir un poco de estopa antes y después del partido. Esto también te da la posibilidad de experimentar entretenidas rutas para llegar al hotel.
  • Para parar el autobús no basta con hacer una señal sutil desde la parada. Hay que adentrarse unos metros en la calzada y agitar violentamente los brazos.
  • No hay cerrojos en los lavabos porque no hacen falta.
  • Y por supuesto, es un país donde se come estupendamente (yougurt, ensalada griega, moussaka, souvlaki y muchas más cosas exquisitas) y con una gente muy amable que entiende perfectamente el inglés mal hablado.
En fin, se nos acaban los 30 minutos de conexión a Internet del hotel. A nuestra llegada, pondremos las fotos.

Javier, Natalia y Junior.

Actualización (10/09/2007): Poco después de escribir el texto anterior en el hotel de Santorini, y mientras esperábamos al ferry que nos llevó a Atenas, Natalia fue al servicio del puerto y se topó con un perro durmiendo junto al WC. Este hecho conecta dos de los puntos comentados anteriormente. ¿Habrán quitado los cerrojos de las puertas de los lavabos para que los perros se oculten? ¿Estaba durmiendo realmente aquel perro o estaba vigilando a los turistas? Natalia, por si acaso, lo dejó durmiendo...